Los seres humanos sin saberlo podemos abrir una ventana hacia lo más profundo del cosmos. Para ello nos basta con encender un televisor y sintonizarlo en un canal que no capte señal alguna para poder ver y escuchar algo llamado “ruido blanco”.
Éste tiene su origen en la llegada al receptor de la radiación cósmica, integrada por señales electromagnéticas totalmente aleatorias, desorientadas y sin estructura alguna, que llegan a nuestro planeta desde los confines del universo. Con ellas llegan también otras partículas conocidas como rayos cósmicos, que provocan la aparición de la interminable difusión de manchitas claras y oscuras en la tele, sin orden alguno y con un ruido característico.
De forma rigurosa, se entiende por ruido blanco a un proceso estocástico que se caracteriza porque sus valores de señal en dos instantes de tiempo diferentes no guardan correlación estadística. Esto significa que la señal contiene todas las frecuencias y todas ellas tienen la misma potencia.El ruido blanco producido en nuestro televisor es un ejemplo concreto, pero muchos de nuestros electrodomésticos como secadoras y aspiradoras también lo producen.
Pero aún hay más...
El ruido blanco sirve para generar números aleatorios de calidad puesto que es una fuente perfecta de entropía. Y en diferentes situaciones de nuestra vida cotidiana el ruido blanco es usado en:
- El uso en vehículos de emergencia debido lo fácil de distinguir del ruido de fondo y no queda enmascarado por el eco, por lo que es más fácil su localización espacial.
- En la desorientación de personas antes de un interrogatorio.
- Para favorecer la relajación y el sueño, sobre todo en los lactantes.
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