Dos científicos de origen ruso Andre Geim y Konstantin Novoselov y que trabajan actualmente en el Reino Unido reciben este año el Premio Nobel de Física por la obtención de un nuevo material, el grafeno.
El grafeno, deslumbra por sus potenciales aplicaciones: futuros ordenadores más eficaces que los actuales, pantallas electrónicas flexibles, paneles solares y un larguísimo etcétera que parece no tener fin, al ser considerado el grafeno como material más fuerte jamás antes conocido. Pero también sorprenden sus propiedades físicas: Es un óptimo conductor eléctrico, tan eficaz como el cobre, y como conductor de calor supera a cualquier otro material conocido. Además, el grafeno es prácticamente transparente, y a la vez tan denso que ni siquiera el helio (el átomo de gas más pequeño) lo atraviesa.
Andre y Konstantin obtuvieron este material, formado por una única capa de átomos de carbono, con un procedimiento experimental conceptualmente muy simple: quitando, con cinta adhesiva láminas sucesivas de un bloque de grafito, el material del que están hechas las puntas de los lápices.
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